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Prehistoria de Chiu-Chiu

La historia de nuestros ancestros

Por Patricio de Souza Herreros y Diego Salazar, Arqueólogos U. de Chile 

En los alrededores del actual poblado de Chiu-Chiu, se encuentran los vestigios de un pasado que se remonta hasta al menos 7,000 años atrás. Cientos de sitios arqueológicos son testigos de esta historia, los que develan un desarrollo cultural que comienza con pequeños grupos de cazadores-recolectores, los que se transforman más tarde en pastores y horticultores, para finalmente convertirse en agricultores y pastores asentados en grandes poblados. Estos últimos serán quienes negociarán con el imperio incaico y luego sufrirán las consecuencias de la conquista y colonización española. El pueblo actual y sus habitantes son los descendientes de esta larga y compleja historia.

Los múltiples vestigios arqueológicos constituyen una fuente única de conocimiento sobre el pasado de Chiu-Chiu y son de alta significación para sus habitantes actuales. Por lo tanto, deben ser respetados y resguardados. La ley de Monumentos Nacionales (N° 17.288) protege a éstos y otros vestigios arqueológicos del territorio nacional, penalizando su alteración, recolección o destrucción.

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Los cazadores-recolectores del período Arcaico Medio

Si bien los primeros pobladores que arribaron a la Puna de Atacama lo hicieron por los 10,000 años a.C., hasta ahora no existen registros arqueológicos de estos cazadores-recolectores primigenios en torno al poblado de Chiu-Chiu. Los antecedentes más cercanos se encuentran en las serranías de Tuina, a unos 40 km de Chiu-Chiu.
Las evidencias humanas más antiguas hasta ahora identificadas para el área de Chiu- Chiu se encuentran cercanas a la confluencia de los ríos Loa y Salado, donde se halla el sitio arqueológico de Confluencia-2, datado por radiocarbono entre aproximadamente los 5,000 y los 4,600 años a.C, en lo que se corresponde con un período conocido como Arcaico Medio.
Confluencia-2 fue un asentamiento habitado cazadores-recolectores que subsistían principalmente de la caza de camélidos (guanacos y vicuñas), así como de la recolección de plantas silvestres. Confeccionaban instrumentos de piedra como puntas de proyectil en forma de rombo, abasteciéndose para ello de las canteras de rocas ubicadas en las inmediaciones del Salar de Talabre.

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Los últimos cazadores-recolectores:
El complejo Chiu-Chiu

Entre los 3,500 y 2,000 años a.C., durante el período llamado Arcaico Tardío, los cazadores-recolectores despliegan ampliamente sus asentamientos en torno al poblado de Chiu-Chiu. Algunos de estos sitios son de gran tamaño y presentan gran cantidad de vestigios arqueológicos, en particular instrumentos de piedra. Estos últimos se componen por puntas de proyectil de forma parecida a una hoja (“foliáceas”), además de pequeños instrumentos conocidos como “perforadores”, los que servían para horadar objetos y crear adornos. Dentro de estos adornos, se encuentran cuentas de collar confeccionadas en concha y en mineral de cobre. También abundan unas grandes piedras de moler de hueco profundo, las que conocemos como morteros “tronco-cónicos”, y que habrían servido para moler vegetales silvestres.
Si bien se trataba de cazadores-recolectores que sustentaban su subsistencia en la caza de camélidos silvestres y la recolección de pantas, hay evidencias que sugieren que gracias al gran conocimiento de su entorno, estas poblaciones se encontraban en un avanzado proceso de domesticación de camélidos, forjando así los cambios que los llevarían más tarde a transformarse en sociedades pastoras. La presencia de objetos en conchas del Pacífico indica que estos cazadores-recolectores se estaba relacionando periódicamente con la costa, trayectos en los que estos camélidos en domesticación pudieron haber ofrecido la asistencia necesaria para la larga travesía.
Dentro de los numerosos asentamientos arqueológicos que atestiguan este momento de la prehistoria, podemos destacar a Confluencia-1, cercano a la confluencia de los ríos Loa y Salado; Chiu-Chiu Cementerio, el cual debe su nombre a su cercanía con el actual cementerio del pueblo; y RanL-140, ubicado en los bordes del Salar de Brinkerhoff.
Tal es la abundancia e importancia de los sitios el Arcaico Tardío en el área, que los arqueólogos hablan del Complejo Chiu-Chiu para referirse a los grupos de cazadores de este período y sus característicos instrumentos líticos.

Los primeros pastores:
El período Formativo Temprano

El Período Formativo Temprano va desde el año 1.000 al 200 a.C. aproximadamente. Durante esta época, los grupos humanos de Chiu-Chiu trasladan su principal campamento habitacional hacia el norte del pueblo actual. Se trata del sitio Chiu-Chiu 200, uno de los primeros poblados de pastores de la región atacameña. Los estudios en este sitio documentan que las familias de este período tenían llamas domesticadas, las que les servían como fuente de carne y de lana, pero especialmente como animales de carga. Aquello les  permitiría emprender largos viajes hacia la costa del Pacífico y también al oriente de la cordillera, en donde obtenían recursos para complementar su dieta y otros para realizar rituales y ceremonias.
Se conocen varios otros sitios menores de la misma época, en especial en los alrededores de las vegas que están en los bordes de los ríos Loa y Salado, donde los habitantes de Chiu-Chiu 200 habrían pastoreado y efectuado otras actividades como cazar y recolectar plantas silvestres. Durante esta época está documentado el uso por primera vez de cerámica, textilería y metales, así como las primeras plantas cultivadas. Sin embargo, no habría sido la agricultura sino el pastoreo el principal sustento de estas poblaciones, además de las prácticas de caza de camélidos y recolección de plantas silvestres heredadas del período anterior.

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El surgimiento de las sociedades agrícolas:
el período Formativo Tardío

El Período Formativo Tardío (200 a.C – 900 d.C.) representa la consolidación del patrón aldeano sedentario en la región atacameña y va entre los años 200 antes de Cristo y 900 después de Cristo aproximadamente. El principal sitio de este período en Chiu-Chiu se conoce como RAnL 100, el cual se ubica en la ribera oeste del río Loa, casi a la entrada del pueblo desde Calama. Desde este lugar, las familias se dispersaban durante algunos meses del año hacia el curso superior del río Loa o la zona de Calama, entre otros, donde tenían sus estancias para actividades hortícolas, pastoriles, cazadoras y mineras.
El sitio RAnL100 es muy importante puesto que en él se han identificados los maíces más antiguos hasta ahora hallados en el Loa Medio, lo que sumado a evidencias en este mismo lugar de campos de cultivo (melgas) de gran antigüedad, sugiere que fue uno de los espacios donde se llevaron a cabo las primeras prácticas agrícolas bien establecidas en el área.

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La época de los Pukarás:
El período Intermedio Tardío y Tardío

Durante el Período Intermedio Tardío (900 – 1450 d.C.) las familias atacameñas dependen de una agricultura intensiva en terrazas y melgas, y tienden a agruparse en extensos poblados. Muchos de estos poblados fueron fortificados y se conocen hasta el día de hoy como Pukarás. El Pukará de Chiu-Chiu es un ejemplo de lo anterior. Allí se estableció la comunidad local, dedicada casi exclusivamente a actividades agrícolas y pastoriles, así como al intercambio de larga distancia. El cementerio conocido como Gentilar, al norte del pukará, data de este período.
Grandes caravanas de llamas surcaban el territorio de Chiu-Chiu en esta época, las que utilizaban los alrededores del poblado para pernoctar y abastecerse en sus largos trayectos que conectaban costa y altiplano. Testigo de aquellos son las grandes huellas caravaneras que cruzan cerca del poblado actual, las cuales se asocian a lugares donde se efectuaban rituales de challa de mineral de cobre. Los conflictos con otras comunidades no estuvieron ausentes en este período, y por ello el Pukará de Chiu-Chiu fue fortificado en sus flancos más vulnerables con zanjas y gruesos muros con troneras para defenderse de posibles ataques.

La comunidad local habitaba el Pukara de Chiu-Chiu cuando el territorio atacameño fue anexado al imperio de los Incas. Este hecho marca el comienzo del Período Tardío (1450 – 1536 d.C.). Por Chiu-Chiu pasaba un ramal del camino del inca, conectando al poblado con la zona de Lasana y el Alto Loa, así como con los poblados de Turi, Toconce y Caspana. No obstante, no hay estudios que profundicen en la relación que estableció la comunidad de Chiu-Chiu con el imperio incaico.

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Después de la llegada de los españoles

La llegada de los españoles a Chiu-Chiu a mediados de la década de 1530 no marca el fin de las poblaciones indígenas que habitaron este territorio por miles de años, sino una nueva etapa dentro de su historia. Durante esta etapa las comunidades atacameñas debieron enfrentar diversos cambios económicos, sociales, políticos y religiosos para adaptarse y sobrevivir al régimen colonial establecido por los españoles. Es en esta época cuando se funda el poblado actual de Chiu-Chiu así como su iglesia, pasando a convertirse en el principal asentamiento de lo que los hispanos llamaban Atacama La Baja.
Son numerosos los vestigios arqueológicos de las épocas así llamadas “históricas” (colonial y republicana) en torno al poblado de Chiu-Chiu. Dentro de éstos, encontramos múltiples estancias pastoriles en desuso, algunas de gran antigüedad a juzgar por los restos materiales que se encuentran en su superficie.

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